Mi historia con Vortex Coworking

Mi historia con Vortex Coworking

Mi historia con Vortex Coworking 649 434 Cristina

Era 2016 y llevaba varios años trabajando como ingeniera en una multinacional en el sector de renovables. Pero hacía tiempo que mi cabeza pensaba, aunque solo fuera por entretenimiento, en ideas de negocio y cómo hacerlas funcionar. Charlaba con amigos y hacíamos brainstorming. Y lo que empezó como un pasatiempo, se convirtió en una realidad: quería emprender y sacar adelante alguna de esas ideas.

Dejé el trabajo y antes de lanzarme a emprender en solitario decidí irme de viaje y tomarme un descanso. Resetear y cargar pilas de cara a mi siguiente etapa profesional. Y, lo que inicialmente iba a ser dos meses de viaje por Asia, se convirtió en más de un año dando la vuelta al mundo. Un viaje que empezó en Vietnam en bicicleta y acabó en Hollywood, Los Ángeles.

¿Qué pasó durante ese año? Trabajaba desde mi ordenador, en mis ideas, en mi blog y en un libro que empecé a escribir mientras viajaba por Asia, África y América. Buscaba espacios coworking allá donde iba y trabajaba desde allí, me relacionaba con personas con inquietudes similares que me inspiraban, me daban ideas, me ofrecían contactos y me ayudaban. Hacía amigos, crecía como profesional y como persona. El coworking, una nueva forma de trabajar, nueva para mí, me ofrecía un entorno profesional al que creía haber renunciado cuando decidí emprender en solitario. Me di cuenta de lo importante que era estar rodeado de otros profesionales y de lo mucho que me estaba ayudando en mi camino. Y entonces sucedió, dejé de lado mis ideas para dar paso a Vortex: quería crear una red de espacios de trabajo con lo mejor de todos los coworking que estaba conociendo y ayudar así a otros emprendedores en su propio camino.

Mi viaje pasó a ser, además de mi gran aventura, un estudio de mercado sobre los coworkings en el mundo. Visité muchos y de estilos diferentes: Hubud (Bali), Kuala Lumpur, Camboya, Ciudad del Cabo, Marruecos, etc. Hasta acabar en Los Ángeles, donde We Work tenía varios espacios coworking. Me inscribí en el de Hollywood, el barrio donde viví aquellos meses. Desde allí pensé y desarrollé el plan de negocio de Vortex Coworking, rodeada de profesionales del mundo del cine y emprendedores del sector tecnológico.

¿Por qué en Valencia? Primero por motivos personales, quería volver a mi tierra después de 15 años fuera. Porque España mola mucho, y lo pienso después de haber vivido y recorrido muchos lugares del mundo. Y no soy la única, medio mundo adora España y sueña con vivir aquí. Y Valencia, entre todas las ciudades, es mi favorita. Familia, amigos, buen clima y buena comida, a la vida no se le puede pedir mucho más, ¿no crees? Pero a los motivos personales le acompañaban también los profesionales: creo con absoluta objetividad que Valencia es una ciudad perfecta para profesionales que trabajan en remoto, freelancers y emprendedores, los clientes principales de los espacios coworking. ¿Por qué? Valencia tiene un ecosistema emprendedor en crecimiento, un coste de vida accesible, está bien conectada con las grandes urbes de España y de Europa, tiene un tamaño de ciudad manejable, un clima más que agradable y una calidad de vida envidiable. Y… playa. La palabra mágica.

¿Por qué el nombre de Vortex? La idea me la dio el líder de una comunidad hippie que conocí en Venice Beach, donde iba a surfear en mis días en Los Ángeles. Vortex (en latín) significa vórtice y es el epicentro de un ciclón. Y eso quería que fuese mi coworking, el centro del huracán de ideas y energía de una comunidad de profesionales.

Pero en la vida no todo es trabajo. Vortex tenía que estar en un barrio interesante, auténtico, con opciones de ocio y deporte al salir por la puerta del coworking. Y entonces conocí el Cabanyal, cerca de la playa de Valencia. Magia. Los ingredientes para cocinar Vortex Coworking se habían juntado: Vortex Playa sería el primer espacio.

Cristina (Fundadora)

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